domingo, 13 de marzo de 2011

Sentimientos que Reflexionar

No sé si sentir alegría o pena. No  sé muy bien que sentir. He escuchado gritos en mi casa y me he sobrecogido. Vinieron a mi cabeza diferentes circunstancias que podrían haber provocado aquellas voces. Las primeras no demasiado agradables.
Mi padre gritaba en el salón junto a mi madre, por un momento el miedo y la intriga hacían solidificarse mis músculos uno a uno.    Esta angustia se me pasó rápidamente cuando recordé que mi sobrino estaba en casa. Pero me bombardearon sentimientos agridulces, una cuestión se planteaba ante mí.
¿Cuántas personas, día a día, no vivirán situaciones parecidas en sus casas y no con final tan bonito? 
La mayoría de estas situaciones se solventarían con respeto y asertividad.
La asertividad no es un término demasiado difundido es más, el diccionario de la Real Academia Española no la contempla. Pero su significado es muy importante y viene a decirnos que… la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre la agresividad y la pasividad. Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos.
Es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia.
Me he planteado estas cosas y por desgracia si se nos vienen a la mente cosas desagradables cuando oímos gritos, es porque suceden cosas todos los días. La mejor manera de evitarlo es prevenirlo sembrando entre los demás aquello que nos gustaría recibir.
Ser Asertivos no cuesta tanto y con el tiempo Recibiréis los Frutos.


miércoles, 9 de marzo de 2011

Escasez de Personas, Multitud de Seres Humanos

Con esta frase resumo lo que siento en un sinfín de ocasiones.
Vivimos en una sociedad independentista en la base y rebaño en la basura. A título individual prima el bienestar propio por encima de todo lo demás, pero buscamos el sentirnos parte del grupo tragándonos los programas basura con los que nos bombardean las televisiones.
Nos guían hacia el vacio de ideas e ideales. Está de moda no leer ni estudiar, no trabajar, ser ateo, ponerse cachas tomando lo que haga falta, drogarse a base de alcohol y cocaína, fumar porros, ver Gran Hermano y si te gusta algo fuera de la “norma” eres un friki.
No es posible no comunicar. Así como no es posible no participar en la política. A menudo escucho a multitud de persona decir: “A mí no me interesa la política”, “Yo paso de la política”, “La política me aburre”.
Sinceramente a mi no me gusta la política y en innumerables ocasiones me aburre. Pero hay que ser conscientes que es imposible no participar de manera directa o indirecta.
Es como el comunicar, si te hago una pregunta tienes múltiples posibilidades de respuesta, decidas la que decidas me estas transmitiendo información.
A los gobiernos les interesa un mandato de silencios y sombras.
Y lo están consiguiendo gracias al pasotismo  y la desgana de la gente. ¿Cómo es posible que con más de Cuatro Millones de Parados no se movilice la gente?
Parece que interesa más la vida de Belén Esteban, el tobillo de Cristiano Ronaldo o el romance de Shakira que los verdaderos dramas que padecen a diario en infinidad de hogares para llevar un plato de comida a la mesa.
Hemos cambiado los trajes de luces y las palmas, por el futbol y el corazón, para seguir siendo un país de pitos y flautas.