viernes, 8 de abril de 2011

Maltrato Alarma Social

En esta nueva entrada quiero haceros ver dos pasiones muy diferentes.
La primera de ellas es el maltrato hacia la mujer o violencia de género, acto que me repugna. Para mi parecer cualquier persona que lo realice, en cualquiera de sus formas debería de dejar de ser considerado como tal. La otra de las pasiones a mostrar es el carnaval, su  fuerza, la  pasión y la crítica que desprenden sus letras.
Esta entrada nace de Manuela, que es la directora de la Asociación Miriadas.
Manuela vino hasta la universidad, se sentó en una silla y con nada más que su voz consiguió poner los vellos de punta y el corazón encogido de todos los presentes. La atmósfera ante sus palabras era sobrecogedora, miradas vidriadas, respiración entrecortada, silencio sepulcral y latidos latiendo a un mismo convenir.
Cuantas veces oímos en los informativos, “Han matado a una mujer, su marido ha desaparecido” y decimos “otra más” mientras nos metemos indolentes la cuchara en la boca.
Siempre esperamos a que sea ella,sea la víctima, la  que dé el primer paso.
Pero lo primero que sufre esa mujer es la vergüenza, porque tristemente todavía hay mentes que piensan “si le ha pegado algo habrá hecho ella”, “seguro que ella se lo ha buscado”, “eso porque no hace lo que le corresponde” y por la visión degradada de mujer maltratada como la tonta , la que aguanta.


Para nosotros la mujer maltratada es la del ojo morado y la cara hinchada, pero hay muchos tipos de maltrato y ese es simplemente el más visible e impactante. La víctima llega un momento en que su vida es el maltratador.
El maltrato comienza con frases que desarmen a la pareja psicológicamente como: “no vales nada”, “te equivocas”, “lo haces todo mal”, “menos mal que estoy yo aquí”. Pero después de echarle la bronca y hundirla le da un besito, le pide perdón y le dice que si lo hubiera hecho como él dice no  se hubiese confundido.
Pero ténganlo claro, ningún maltratador comienza dándole un guantazo a su pareja, si no las mujeres jamás se habrían enamorado de ellos.
El maltratador ve a la pareja cómo su propiedad. Si por ley te separas, él emocionalmente no va a verse separado. No va a permitir que “su” mujer rehaga su vida con otra persona.
Los niños son los grandes olvidados de esta historia. Existen puntos de encuentro donde maltratador y víctima se citan para no coincidir. Pero solo tienen que esperar un tiempo, pues saben que la madre tiene que ir a llevar y recoger al niño/a.
Si la madre no tiene dinero, ni trabajo puede pedir una ayuda durante once meses de 426 €. Con lo que deben hacer frente a todo los gastos.
Cuando llega el fin de semana o el tiempo establecido para estar con el padre, este le da al niño/a aquellas cosas que la madre no puede permitirse.
El padre le habla mal de su madre, “que no le quiere”, ”no quiere que estemos juntos”, “que le denunció”, “que ella lo metió en la cárcel”, etc.
Existen casos en los cuales a ella se le concede la casa y teniendo hipoteca se acuerda el pago  a medias. Teniendo él trabajo fijo deja de pagar su parte por lo que el banco la desahucia. 
El objetivo de Miriadas es conseguir de las víctimas su recuperación integral, siendo capaces de ser autónomas.
Ofrecen productos higiénicos básicos, alimentos, acompañamiento a juicios y a diferentes administraciones, talleres, orientación en los transportes, etc…
Ya está bien que escuchemos maltrato y miremos para otro lado. El maltrato no se da solamente en el matrimonio ni en un tipo de pareja concreto. Va más allá de los daños físicos y son precisamente los que no vemos los más difíciles de detectar y de curar.
El maltratador puede ser después encantador con las demás personas, pero no olvidemos que es un MALTRATADOR y para mí un HIJO DE PUTA. Con perdón para su madre que lo más seguro es que no tenga la culpa.


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