Seguro que todos hemos pronunciado estas palabras en alguna
ocasión, aunque fuese en nuestra mente.
En esa fracción de segundo cuando la persona que nos gusta,
encuentra sus ojos con nuestra mirada y no existe nada nada más.
Si buscamos en nuestro interior, encontraremos en lo más
profundo de nuestros pensamientos instantes, momentos, minutos, horas, noches
o incluso días, “los más afortunados”, que nos gustarían que no acabasen
nunca.
Pero debemos mirar más allá, no estamos solos en el mundo. Por
muy felices que seamos, no todo lo podemos controlar.
¿Cómo podemos querer controlar el tiempo, que no tiene precio?
El tiempo ni se compra, ni se vende. No se puede controlar, es
universal e igualitario. Coloca a cada persona en el lugar que le
corresponde.
Es imposible que sepamos, los acontecimientos desarrollándose en
cada momento en el mundo.
Puede que seamos, “o nos sintamos”, las personas más felices del
mundo, mientras están matando animales en el océano, deforestando alguna
preciosa selva o violando a una mujer.
En ocasiones sinceramente, me gustaría ser más ignorante para
sufrir menos.
Pero el problema no está en lo que conocemos o desconocemos,
sino en como manejamos los conocimientos.
Haz el bien cada día, perdona como si no hubiera un mañana, ama
como si fuera para toda la vida, respeta como si fuese lo más importante y
vive intensamente cada momento.
|
En este espacio el objeto y/o objetivo es ir acercando opiniones, ideas y críticas de aquellos aspectos que nos hagan reflexionar o simplemente nos toquen la Moral y queramos hacerlo saber
miércoles, 24 de octubre de 2012
Detendría el mundo en este instante…
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario