jueves, 25 de abril de 2013

TRATAMIENTO CON PSICOFÁRMACOS

Los psicofármacos tienen sus virtudes e indicaciones y también contraindicaciones e inconvenientes.
    Para poder elaborar un adecuado tratamiento con psicofármacos en imprescindible en primer lugar un correcto diagnóstico, acompañado de una investigación contrastada para poder prescribir una medicación concreta. Todo ello acompañado de una actualización permanente de los médicos.
   Los criterios éticos marcan las investigaciones en niños/as, no están permitidos los estudios realizados en niños/as por las leyes de protección infantil. Esto provoca que no haya avances en la ciencia. Además a esto le acompaña las grandes dificultades burocráticas a las que debemos enfrentarnos y el hecho de que las farmacéuticas no lo consideran  un colectivo rentable.
     La farmacocinética del niño y del adolescente es distinta de la del adulto y como tal debe estudiarse. No se pueden utilizar los mismos fármacos, ni dosis y por supuesto tampoco los mismos periodos de tiempo.
    Es muy importante la comunicación entre el médico y el paciente y la familia para tener esta mayor información, educación el niño/a y la familia, mayor respeto y confianza. Todo ello provocará el cumplimiento del tratamiento.
    El tratamiento psicofármaco debe estar indicado por un facultativo, ser eficaz y atenerse a normas éticas y de protección del niño.
   
   Es una temática delicada, debe estudiarse detenidamente y por supuesto primar siempre en bienestar y la salud del menor por encima de los logros del facultativo.
     
  Lo que es vergonzoso, es que siempre primen intereses económicos a la salud de las personas. Especialmente, si se trata de niños y niñas.

 

TRASTORNOS DE CONDUCTA


    La agresividad es una conducta que busca provocar daño físico a los otros. Se da en el 25% de la población en alguna ocasión. Existe una predisposición genética.
   Los medios de comunicación y especialmente la televisión ofrecen modelos de conducta e implica para el adolescente; estar al día, formar parte del grupo, y compartir intereses y emociones. Mostrando violencia abrumadoramente. Esto provoca en los/as adolescentes actitudes antisociales, aprendizajes de conductas y actitudes agresivas, insensibilidad y miedo.
   Entendemos por psicópata al mal personal que impide adaptarse a la sociedad en la que vive y se manifiesta con violencia. No es sensible al sufrimiento. En el influyen factores: cerebrales orgánicos, ambientales y sociales.
  Las características básicas del trastorno de conducta son: transgresión de normas sociales, ausencia de sensibilidad a los sentimientos de los demás, carácter manipulador, permanencia a lo largo del tiempo, falta de respuesta a premios y castigos y carácter inapropiado para su edad. La conducta violenta paterna influye en el niño/o en su aprendizaje, sus relaciones interpersonales y su conducta social.
   Personalmente, he realizado mis prácticas universitarias en un centro de acogimiento residencial de menores y he podido observar como ante las adversidades recurren rápidamente a la violencia y en ocasiones se muestran inmunes a los premios o castigos. Algunos son calculadores, manipuladores y son según su actitud muchos menores de lo que les correspondería. Buscan transgredir las normas  continuamente, a veces para provocar, enfadar a otros menores, llamar la atención.
   Es una problemática delicada y bastante común entre los adolescentes.
 

TRASTORNOS DE ANSIEDAD

     Los trastornos de ansiedad son sufridos por entre un 9 y el 21% de los niños/as. Existen seis tipos de trastornos de ansiedad: fobias, fobia escolar, ansiedad a la separación, ansiedad generalizada, estrés postraumático y trastorno depresivo – compulsivo.
   Los trastornos de ansiedad provocan  el/la que lo padece un malestar físico intenso similar a que el sujeto le “falta el aire”. La ansiedad viene provocada por factores externos y vivencias internas. En ella están implicadas estructuras cerebrales como las amígdalas y la corteza frontal, la lesión de la primera impide relacionar hechos con emociones y de la segunda prever consecuencias e implicaciones sociales de sus actos.
    La psicoterapia entrena y enseña a controlar la angustia. En la ansiedad influyen factores genéticos y hereditarios, temperamentales, neuroquímicos y ambientales.
   Desde antes de nacer ya estamos condicionados genéticamente y además a esto hay que añadirle factores neuroquímicos y ambientales. En los últimos años están aumentando los casos de niños/as con problemas de desarrollo y trastornos depresivo – convulsivos debido a los malos hábitos de los padres y al estrés.
   La incorporación de la mujer al trabajo, el ritmo de vida actual y los malos hábitos, derivan en inseguridad y estrés en los menores. Buscamos conseguir todo lo posible y en el menor tiempo que se pueda.
   Otorgamos a las cosas materiales muchísimo valor en detrimento de los sentimientos. A todo se le otorga un precio y no valor.
   Personalmente intento sacar el máximo provecho a las cosas, valorar los actos y trato de sacar de las personas lo mejor de ellos mismos, por eso me gusta la educación social y por ello realizo este curso, para mejorar mis recursos personales. 

TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN



   La anorexia nerviosa y la bulimia son trastornos alimenticios que afectan principalmente a mujeres jóvenes adolescentes. La sociedad percibe la delgadez como un valor social imprescindible para triunfar, en cambio, la obesidad es vista como la falta de fuerza de voluntad. Es importante descartar otras patologías como el trastorno depresivo, histeria o esquizofrenia.
    Existen una serie de factores de riesgo en la infancia hacia estos trastornos, el modo de comer, los gustos y hábitos dependen en gran parte de factores genéticos, educativos y familiares. Es hereditaria la vulnerabilidad para sufrir trastornos de la alimentación. Las actitudes y hábitos, acompañado de los factores genéticos y ambientales dan como resultado el peso final del sujeto.
     Vivimos en una sociedad marcada por los valores materiales, donde una imagen lo dice todo de una persona. En la actualidad, lo primero que se mira de una persona a la hora de contratarla por ejemplo es su aspecto físico.
     Estamos rodeados de referencias hacia la importancia de cuidarse, estar perfecto, tener un buen aspecto, gustar a los demás, perder peso, rejuvenecer… La publicidad y los medios de comunicación marcan de manera significativa los cánones de belleza y roles “adecuados “.
     A los chicos/as se les estigma desde pequeños hacia unos roles concretos y unas características adscritas a dichas pautas de comportamiento.
   Gran cantidad de los problemas psicológicos y sociales de las personas son consecuencias de la presión personal y global impuesta por los medios acerca de la importancia de la imagen. Nos valoran por lo que representamos y no por lo que somos en realidad.