jueves, 25 de abril de 2013

TRASTORNOS DE CONDUCTA


    La agresividad es una conducta que busca provocar daño físico a los otros. Se da en el 25% de la población en alguna ocasión. Existe una predisposición genética.
   Los medios de comunicación y especialmente la televisión ofrecen modelos de conducta e implica para el adolescente; estar al día, formar parte del grupo, y compartir intereses y emociones. Mostrando violencia abrumadoramente. Esto provoca en los/as adolescentes actitudes antisociales, aprendizajes de conductas y actitudes agresivas, insensibilidad y miedo.
   Entendemos por psicópata al mal personal que impide adaptarse a la sociedad en la que vive y se manifiesta con violencia. No es sensible al sufrimiento. En el influyen factores: cerebrales orgánicos, ambientales y sociales.
  Las características básicas del trastorno de conducta son: transgresión de normas sociales, ausencia de sensibilidad a los sentimientos de los demás, carácter manipulador, permanencia a lo largo del tiempo, falta de respuesta a premios y castigos y carácter inapropiado para su edad. La conducta violenta paterna influye en el niño/o en su aprendizaje, sus relaciones interpersonales y su conducta social.
   Personalmente, he realizado mis prácticas universitarias en un centro de acogimiento residencial de menores y he podido observar como ante las adversidades recurren rápidamente a la violencia y en ocasiones se muestran inmunes a los premios o castigos. Algunos son calculadores, manipuladores y son según su actitud muchos menores de lo que les correspondería. Buscan transgredir las normas  continuamente, a veces para provocar, enfadar a otros menores, llamar la atención.
   Es una problemática delicada y bastante común entre los adolescentes.
 

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