La agresividad es una conducta que busca provocar daño físico a los otros. Se da en el 25% de la población en alguna ocasión. Existe una predisposición genética.
Los
medios de comunicación y especialmente la televisión ofrecen modelos de
conducta e implica para el adolescente; estar al día, formar parte del grupo, y
compartir intereses y emociones. Mostrando violencia abrumadoramente. Esto
provoca en los/as adolescentes actitudes antisociales, aprendizajes de
conductas y actitudes agresivas, insensibilidad y miedo.
Entendemos
por psicópata al mal personal que impide adaptarse a la sociedad en la que vive
y se manifiesta con violencia. No es sensible al sufrimiento. En el influyen
factores: cerebrales orgánicos, ambientales y sociales.
Las
características básicas del trastorno de conducta son: transgresión de normas
sociales, ausencia de sensibilidad a los sentimientos de los demás, carácter
manipulador, permanencia a lo largo del tiempo, falta de respuesta a premios y
castigos y carácter inapropiado para su edad. La conducta violenta paterna
influye en el niño/o en su aprendizaje, sus relaciones interpersonales y su conducta
social.
Personalmente,
he realizado mis prácticas universitarias en un centro de acogimiento
residencial de menores y he podido observar como ante las adversidades recurren
rápidamente a la violencia y en ocasiones se muestran inmunes a los premios o
castigos. Algunos son calculadores, manipuladores y son según su actitud muchos
menores de lo que les correspondería. Buscan transgredir las normas continuamente, a veces para provocar, enfadar
a otros menores, llamar la atención.
Es una
problemática delicada y bastante común entre los adolescentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario